Se inicia con la victoria de Chacabuco el 12 de febrero de 1817. Lo que permitió a los patriotas obtener el control de Santiago. Pero será necesario emprender largas y peligrosas campañas antes de ver consolidada la independencia y lograr asegurarla completamente al interior del territorio nacional.
Posteriormente a la victoria obtenida en Chacabuco las autoridades españolas fueron relegadas a los cargos administrativos y la aristocracia entregó el poder al general José de San Martín, quien al día siguiente cedió el cargo a O’Higgins, que desde el comienzo tenia por objetivo afianzar la independencia. Para cumplir con este propósito creó la “Escuela Militar” en 1817 y se creo la primera escuadra nacional en 1818. También entre las obras de este gobierno se destaca la abolición de los títulos de nobleza y la prohibición del uso de escudos siendo reemplazados por la Legión del merito de Chile. Se creo un mercado de abastos, se reabrió la Biblioteca Nacional y se creo el Cementerio General.
El 12 de febrero de 1818, después de un año del triunfo en Chacabuco, se realizó formalmente la proclamación de la independencia.
El 19 de marzo de 1818, el ejercito patriota, comandado por O’Higgins y San Martín fue sorprendido por Osorio, en Cancha Rayada, produciéndose un desbande general que dejo como vencedores al ejercito realista, liderado por Rafael Maroto.
El 5 de abril de 1818 ambos ejércitos se enfrentaron en los llanos de Maipú, a las puertas de Santiago, donde O’Higgins a pesar de estar herido, acudió a la pelea; al encontrarse con su compañero libertador, lo abrazó y exclamó:
-¡Gloria al salvador de Chile!-
San Martín le respondió con orgullo:
- General, jamás Chile olvidará el sacrificio que hoy hace usted, presentándose herido en el campo de batalla –
Una vez terminada la lucha y de haber reconocido al vencedor, las autoridades peruanas cambiaron sus estrategias, defendiendo en primer lugar al virreinato, que se veía amenazado. Se tomaron medidas de seguridad tanto para las autoridades como económicas y sociales.
La victoria en Maipú consolidó nuestra independencia, y dejó paso al período de la República, acabando con la Patria Nueva. Con esta victoria quedo sellada de manera decisiva la Independencia de Chile.
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